La batalla mencionada, que tuvo lugar el 11 de agosto de 1809, enfrento a las tropas del mariscal Sebastiani con las españolas al mando del general Benegas, cundo después de la batalla de Aranjuez, animado por la pequeña ventaja concedida y convencido de que los franceses no pasaban de los 14000 hombres disponibles, se dirigió con todo el Ejercito de La Mancha hacia Toledo, reuniendo a todas sus tropas el 10 de agosto en la población de Almonacid. Tan confiados estaban los españoles en su triunfo, que no se respetaron ninguna de las normas establecidas en los reglamentos para acampar en tiempos de guerra, máxime teniendo en cuenta la cercanía del enemigo, que ya el día anterior había cruzado el Tajo por los vados de Añover de Tajo, en Toledo, y ese mismo día 20 se acantonaba en el inmediato pueblo de Nanbroca, a una legua de Almonacid.
Atacada primero el ala izquierda española por el general Lewal con las divisiones polacas y alemanas, después de un violento fuego de artillería bien contestado por la española, lograron los batallones de Bailen y de Jaén rechazar por dos veces a los polacos, pero estos, espoleados por los alemanes que marchaban a su izquierda, consiguieron finalmente arrebatar a paso de carga las importantes posiciones de Cerrojones, si bien es cierto que a costa de grandes pérdidas.
Tras este primer revés, la caballería española renunció a la carga iniciada para contener a las tropas francesas, y como la quinta división había cedido el camino del mismo modo, no tardó mucho tiempo el enemigo en ocupar también la población y el cerro del castillo haciendo imposible para las tropas españolas la posibilidad de resistir ante la terrible lluvia de proyectiles que de todas partes les enviaba la artillería francesa.
En estas condiciones, y tras soportar la carga de una gran masa de caballería por parte de los terribles dragones de Milhaud, en aquel último periodo de la batalla, las tropas españolas de Vigodel se coronarían de gloria consiguiendo coordinar las tres armas en contienda, y mientras la artillería, que hacia fuego en retirada cubriendo de metralla las cabezas de las columnas imperiales, la caballería, formada por jinetes de diferentes cuerpos que se fueron reuniendo entre los dispersos, acabaría imponiéndose a la muy superior del enemigo, y la infantería, sosteniéndose impertérrita en medio del fuego que recibía y el desorden que reinaba a su alrededor.
En el bando de los vencedores los imperiales, que habían sufrido ya alrededor de 2500 bajas, no llevaron su persecución más allá de Mora, y el ejército vencido pudo tomar la carretera de Andalucía y llegar en buen orden hasta Manzanares, pero la noticia infundada de que los perseguidores estaban en Valdepeñas, muchos cuerpos del ejército español se desbandaron y no pararon hasta alcanzar Sierra Morena.
Almonacid de Toledo es un municipio de la provincia homónima perteneciente a la comarca de Sisia, situado a orillas del rio Guazalete en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha.
Después de visitar el escenario de la batalla, situado entre los términos municipales de Almonacid y Mascaraque, iniciamos el recorrido por su centro urbano visitando la iglesia parroquial de San Antonio Abad y la ermita de Nuestra Señora de la Oliva, para proseguir por algunas casonas señoriales ubicadas en el corazón del pueblo y terminar en el antiguo castillo hoy en ruinas, rodeado por un estrecho foso ya poco profundo, donde todavía se mantienen en pie la Torre del Homenaje con sus tres pisos, el Patio de Armas y un par de aljibes, siendo un monumento de visita libre, puesto a la venta con la condición de su restauración.
Terminado el recorrido por la población, resulta imprescindible la visita a la gran Toledo, donde emplearas, por lo menos, el resto de la jornada y si se puede todo el dia siguiente, para después, siempre dependiendo del factor tiempo y de tu curiosidad, te sugiero un conjunto de bellas localidades a recorrer dentro de la provincia, como Guadamur a 16 Km., Burujón (31), Orgaz (33), Maqueda (41), Escalona (54). Tembleque (59), Consuegra (68), Real de San Vicente (79) y Oropesa, ya a 118 Km. de la capital.