La guerra de Ifni tuvo lugar en el contexto del proceso de descolonización de África durante la segunda mitad del siglo XX, protagonizado fundamentalmente por parte del Ejército de Liberación Marroquí, liderado por el dirigente Ben Hammu, que una vez obtenida la independencia en su pugna con los franceses, se constituía en comandante del Ejército Real Marroquí mientras otra facción desligada de sus efectivos se dirigió al sur con el objetivo de conquistar las posiciones españolas en el norte de África, operando en los territorios de lo que hoy es Argelia, todavía ocupados por Francia.
El territorio de Ifni, cedido a España por el sultán de Marruecos Mohammed IV en el Tratado de Wad Ras firmado en Tetuán el 26 de abril de 1860, fue poblándose durante las siguientes décadas, dando lugar a las ciudades de Cabo Jubo, Seguía de Hamera, Villacisneros y La Guera, que fueron agrupadas en 1946 bajo la denominación de África Occidental Española, pero tras obtener la independencia en 1956, Marruecos empezó a expresar su interés por descolonizar la posesión española, siendo el propio sultán Mohammed V quien alentó y financio personalmente a los conspiradores antiespañoles en Ifni, mientras en abril de 1957 se producían manifestaciones contra en dominio extranjero, seguidas de disturbios y algún asesinato de leales a España, y Franco enviaba dos banderas La Legión al Aiún, mientras las tropas marroquíes se agrupaban en las inmediaciones de Ifni ocupando el 23 de octubre las poblaciones de Goutimene y Bou Izarguen en las inmediaciones de Sidi Ifni, dando lugar a que dos banderas más de legionarios, más una bandera de paracaidistas y el regimiento de infantería Canarias 50 se unieran a las fuerzas allí destacadas, dando comienzo el sitio de Ifni.
El 23 de noviembre de 1957, las líneas de comunicaciones españolas fueron cortadas al tiempo que una fuerza de unos 200 marroquíes asaltaba las guarniciones del territorio, así como el aeródromo y el arsenal de Sidi Ifni, y si bien la incursión marroquí sobre la capital fue fácilmente rechazada, los puestos avanzados cercados, fueron abandonados o perdidos, quedando bajo estrecho asedio los enclaves de Telata, Tagraga y Tiuilin, donde tras un fracasado intento de rescate en el que 75 paracaidistas a las órdenes del capitán Sánchez Duque saltaban sobre el puesto quedaban también cercados en el poblado, no siendo liberados hasta el 3 de diciembre por miembros de la VI Bandera de La Legión que tras destruir sus fortificaciones abandonarían la población definitivamente.
En cuanto a lo que a Telata se refiere, en la madrugada del 23 de noviembre, varios grupos del Ejército de Liberación Marroquí atacaban el puesto con un intenso fuego de fusilería, ametralladoras y morteros, produciéndose el primero de diciembre uno de los últimos y más duros ataques de los marroquíes, que agotados y mermados por las bajas, fue rechazado como los anteriores, siendo la expedición de auxilio para los sitiados menos exitosa que la de Tiliuin, pues tras abandonar Sidi Ifni el 24 de noviembre a bordo de viejos camiones, una sección de la 2ª Bandera Paracaidista al mando del teniente Antonio Ortiz de Zarate, que marchaba lentamente entre frecuentes emboscadas se vio forzada a abandonar los camiones y salir de la pista por donde transitaban faltos de alimento y munición, siendo cercados y teniendo que ser abastecidos desde el aire, para que finalmente, una columna de infantería al mando del capitán Rafael López Andión, consigue romper el cerco sobre los paracaidistas y entran en Telata destruyendo el puesto para no dar refugio a los marroquíes.
Mientras tanto en Sidi Ifni, a pesar del asedio y el cerco de la ciudad, abastecida desde el mar por los buques de La Armada Española y protegida por una línea de posiciones defensivas a lo largo del centro de la ciudad resulto inexpugnable, prolongándose hasta junio de 1958 sin graves incidentes.
En enero de 1958, Marruecos redobla su dedicación a la campaña contra España, y el dia 3, cuando dos compañías de la XIII Bandera de La Legión que llevaban a cabo una misión de reconocimiento fueron atacadas por elementos camuflados entre las dunas, donde los legionarios se negaron obstinadamente a retirarse continuando la resistencia hasta la caída de la noche pese al gran número de bajas, cuando las fuerzas marroquíes inesperadamente se desvanecieron en la oscuridad.
En esta situación, en febrero de 1958, tropas franco-españolas desplegaron por primera vez el poder aéreo masivamente superior europeo, enviando una escuadra de 130 aviones, y desplegando sobre el terreno una fuerza de 9000 soldados españoles y 5000 franceses, designando al Capitán General de Canarias López Valencia como comandante de las tropas españolas, siendo los primeros reductos en caer las fortalezas montañosas entre Tan-Tan y Seguía de Hamra, mientras el 10 de febrero las Banderas IV, IX y XIII de La Legión expulsaron a los marroquíes de Echera, ocupando a continuación Tafurdat y Smara, mientras españoles y franceses destruían el 21 de febrero las concentraciones del ejército sahariano entre Bir Nazaran y Ausert, para finalmente, el primero de agosto de 1958 firmarse los acuerdos de Angla de Cintra entre los gobiernos español y marroquí, mediante el cual se entregaba a Marruecos Cabo Juby, excluyéndose del tratado los territorios de Sidi Ifni y el resto del Sahara español.
Consecuente con la resolución de Naciones Unidas de 1965 en la que insta a la descolonización de Ifni y el Sahara Occidental, España mantuvo la posesión de Sidi Ifni hasta 1969, si bien el control del territorio se prolongaría hasta que en 1975, presionados por la exitosa organización de “La Marcha Verde” se firmaron los Acuerdos Tripartitos de Madrid.
En este contexto, el rey Hasan, que veía amenazado su trono por una prolongada crisis interna, contando con el apoyo de Estados Unidos y sabiendo de la íntima disposición del gobierno español de abandonar el territorio y sus obligaciones de potencia administradora, instaría al pueblo marroquí a realizar una marcha “pacifica” de manifestantes mayores de 18 años desarmados para ocupar los territorios del Sahara y forzar a la potencia colonial a que retirase sus tropas de la región, siendo el 6 de noviembre a las 10:30 horas cuando los primeros voluntarios de la marcha cortaban las alambradas y rebasaban la línea de contención, resultando que ya al atardecer, unos 50000 civiles se encontraban acampados en territorio español, dando por conseguido su propósito, que unido a una nueva pronunciación del Consejo de Seguridad, conseguía por parte del rey la orden de repliegue mientras los civiles abandonaban la hasta entonces provincia española.
Una semana después, mientras Franco ya agonizaba, Don Juan Carlos de Borbón, como Jefe de Estado en funciones, firmaba con Marruecos y Mauritania el Acuerdo Tripartito de Madrid, en el que España reitero su intención de descolonizar el Sahara “Poniendo termino a las responsabilidades y poderes que tiene sobre dicho territorio como potencia administradora”, instituyendo una administración temporal que sería la expresión de la opinión del pueblo saharaui, estableciendo que España pondría fin a su presencia en el territorio antes del 28 de febrero de 1976, hecho que fue comunicado por el representante español en Naciones Unidas, matizando que la descolonización culminaría cuando la opinión de la población saharaui se hubiera expresado válidamente.
Apenas habían transcurrido veinticuatro horas, Marruecos transmitía al Secretario General de la O.N.U, que La Asamblea de Nobles del Sahara, reunida en sesión especial el 26 de febrero de 1976 en el Aiún, había aprobado por unanimidad la reincorporación del territorio del Sahara a Marruecos y Mauritania, pasando el rey Hasan a ocupar la zona septentrional y oriental del territorio, correspondiendo a Mauritania la meridional, mientras que el Frente Polisario, integrado por saharauis que se sintieron engañados por España, anunciaba su intención de continuar con la guerra de guerrillas proclamando en la noche del 28 al 29 de febrero de 1976 La República Árabe Saharaui Democrática, creando una situación que aún hoy sigue sin resolverse por el derecho internacional.
Con este resultado terminaba la presencia militar española en el continente africano, conservándose las plazas de Ceuta y Melilla sobre las que el soberano marroquí sigue ejerciendo una sibilina presión según la coyuntura que le convenga.
Sidi Ifni es la capital y única ciudad de importancia dentro del territorio de Ifni, enclavada en el suroeste de Marruecos en la región de Guelmin-Rio Muni, donde en la otrora ciudad española, podemos visitar La Mezquita de Coloumina con su bonito parque, la Plaza Hassan II, El Mirador de Barandellia los palacios del Gobernador, el Palacio Real (antigua comandancia), asi como El Mausoleo de Sidi Ifni, patrón de la ciudad y la construcción más antigua de la población, sin olvidar los edificios de la época española como El Ayuntamiento, La Iglesia de Santa Cruz, hoy Palacio de Justicia, La Pagaduria Militar (centro cultural), El Hospital Militar y El Faro.
Terminada la visita, podemos embarcarnos en alguna de las dos rutas que os proponemos: la que parte Langoura, población a 17 Km. desde donde seguir camino por Essaouira, incluyendo paseo en camello, noche en el desierto y excursión a Paradise Valley, o bien la de Sidi Ifni-Cuelmin que incluye excursión a Volibilis, Muley Idris y Mequinez, paseo en camello con pernocta y visita a Khamilia a través del desierto.