La primavera de 1937 no había empezado bien para las tropas franquistas, que a los reiterados fracasos sufridos durante los meses de invierno en su intento de conquistar Madrid, se sumaba el descalabro del mes de marzo en Guadalajara, presentándose la capital de España como un objetivo cada mes más difícil y casi inalcanzable, por lo que Franco decide trasladar el frente hacia el norte, ordenando el fin de todas las operaciones ofensivas por el centro de la Península.

Mientras tanto, el bando republicano representa la otra cara de la moneda, pues contra todo pronóstico, lleva cinco largos meses resistiendo los ataques del enemigo, que enquistado en La Ciudad Universitaria machaca con sus bombardeos el centro de la ciudad, convirtiendo sus calles en primera línea de fuego a costa de un innumerable número de bajas, haciendo efectivo el “No Pasaran”.

En este contexto, durante los primeros días del mes de abril de 1937, se van a planificar una serie de ataques dirigidos contra las importantes posiciones nacionales del Cerro Garabitas en la Casa de Campo y el Cerro del Águila, con el objetivo de alejar el frente unos kilómetros de la capital, operación totalmente basada en la sorpresa que podía proporcionar el actuar durante la noche y que debía realizarse entre el 10 y el 14 de abril, y que se iniciaría con el ataque al Cerro del Águila por la 5ª División para continuar después con la toma del Garabitas y alcanzar el cordón umbilical de las tropas de Franco en La Ciudad Universitaria, empleándose en la operación lo más selecto del ejercito republicano, ocurriendo que a pesar de las esperanzas puestas en la iniciativa, pronto comenzarían a hacerse palpable los malos resultados además de todas las carencias y problemas que caracterizarían al bisoño ejército popular de La Republica y que, de una u otra manera, le acompañarían durante toda la guerra, convirtiendo los ataques en un sangriento desgaste sin resultados significativos, si bien el dia 13 de abril de 1937 las bajas republicanas se contaban ya por miles en estériles ataques, ordenándose al dia siguiente la vuelta de las unidades de choque a sus bases de partida para fortificar sus posiciones, dándose por fracasada la Operación Garabitas, y los mismos que esperaban convertir el ataque en un éxito político y militar, tomarían ahora la decisión de silenciar lo ocurrido y mientras la prensa gubernamental apenas mencionaría nada al respecto, un tupido velo caía sobre este trágico episodio.

Hoy en dia, tanto El Cerro del Águila con el Club de Campo ocupando parte de su superficie, como el Cerro Garabitas donde existe una torre de vigilancia a cargo de los guardias forestales, se han convertido en lugares de recreo y esparcimiento para el pueblo de Madrid.

El Cerro Garabitas es un promontorio ubicado en el parque madrileño de La Casa de Campo, el más extenso de los parques de Madrid incluido entre los lugares a recorrer en la visita a la capital, donde en el curso de la campaña de asedio y toma de Madrid seria escenario de múltiples y diversos enfrentamientos entre ambos bandos, había sido antiguamente de utilización exclusiva como cazadero de la Casa Real, donde los monarcas españoles practicaban su afición favorita, (llegando alguno de ellos a cazar los ciervos a cañonazos), donde también se encuentran las instalaciones del nuevo Parque Zoológico, el Parque de Atracciones y un gran lago artificial, rodeado de kioscos, donde practicar el remo y la pesca.