Tras los repetidos intentos por parte de Ramiro I de Aragón de apoderarse de Barbastro y Graus, lugares estratégicos que formaban una cuña entre sus territorios, en la primavera de 1063, el aragonés ordeno poner sitio a Graus lo que motivo el enfrentamiento inmediato con las tropas de Al-Mutadir gobernante de la taifa de Zaragoza, que contó con la ayuda del infante Sancho de Castilla (futuro Sancho III) que quizás integraba en su mesnada a un jovencísimo Rodrigo Díaz de Vivar.

Loa aragoneses fueron derrotados y su rey asesinado durante la lid por un soldado árabe llamado Sadaro, que acercándose al real disfrazado de cristiano le clavo una lanza en el rostro.

Ramiro I murió ante las puertas de Graus el 8 de mayo de 1063 y la conquista de la ciudad hubo de esperar hasta 1083, siendo rey de Aragón su hijo y sucesor Sancho Ramírez.

En el recorrido por su casco urbano, empezaremos por la Plaza Mayor, con su forma pentagonal y arcos de medio punto, el Ayuntamiento, y las casas señoriales de Heredia, del Barón, Bardaxi, Capucho, los Certales y la de La Cultura, para seguir con las de Los Mur, Fanton, Torquemada y la antigua Posada de Juan Tallada en el Barrio de Abajo, el más antiguo de la ciudad, asi como tres de las cuatro puertas de las antiguas murallas como Chinchin, Linares y del Barón, hoy integradas en la ciudad, sin olvidar los edificios religiosos de La Basílica de la Virgen de la Peña, de mediados del siglo XVI, la iglesia parroquial de San Miguel, la del Colegio de la Compañía de Jesús, y la ermita de San Pedro.

Terminado el recorrido por la población, podemos iniciar una ruta por los interesantes enclaves de Roda de Isabena, a 27 Km., Matarraña (44), Ainsa (51), Alquezar (54), Pueyo de Araguas (55), Benasque (59), Muro de Bellos (65), Bestué (78), Torla (96) o Huesca, la capital, a 81 Km del punto de partida.