Tras hacerse nombrar “Imperator” el rey Alfonso VI de Castilla, en pleno apogeo de sus cuarenta años, decide afianzar su poder en el norte de Hispania y poner sitio a Zaragoza, capital de la taifa del mismo nombre, a lo que el emir Yusuf Ibn Tasufin respondió con el desembarco en Algeciras de tropas en auxilio de los débiles reyezuelos musulmanes. Alfonso VI, que no estaba dispuesto a tolerar tamaña osadía, se dirige al encuentro de Yusuf sufriendo una humillante derrota en la anteriormente relatada batalla de Sagrajas, donde sus tropas son masacradas por los almorávides que rematan a los heridos en combate.
Pero no es Alfonso VI el único que lucha contra los musulmanes. En la parte oriental de la Península, el Cid asola la zona del Turia y se apodera de la plaza de Valencia (1094) convirtiéndola en la capital de un principado que gobierna derrotando posteriormente a Yusuf en las proximidades de Cuart de Poblet y en Bairen.
Pero mientras Rodrigo lucha en Valencia, un ejército almorávide capitaneado por Mohammed Ben al Hach se dirige a Toledo. El rey decide aceptar el desafío en la villa de Consuegra, pero ante la escasez de sus efectivos, solicita la ayuda del Cid, que en un principio envía refuerzos al mando de su hijo Diego y posteriormente a la caballería capitaneada por Alvar Fañez, que resulta emboscada en la provincia de Cuenca donde los jinetes que no caen en combate, unos vuelven a Valencia y los pocos que quedan marchan con el rey hacía Consuegra.
Con asombrosa rapidez, el monarca reúne a sus tropas en la población, y tras reforzar las murallas de la ciudad, se dispone a esperar al contingente almorávide que no tardará en llegar.
Iniciada la batalla, la infantería cristiana se dirigió contra la almorávide apoyadas cada una por tropas de caballería, pero tras romper la filas cristianas, los jinetes musulmanes envolvieron a los castellanos obligando a Alfonso a retirarse a la fortaleza de la ciudad donde resiste el asedio hasta que al octavo día, los almorávides, diezmadas sus fuerzas, sofocadas por el calor y temiendo la llegada de más refuerzos, levantan el campamento, iniciando la retirada.
Muchos fueron los hombres que Alfonso VI perdió en la batalla, pero uno de ellos destaca sobre los demás: Diego Rodríguez, hijo del Cid Campeador, cuyo valor, entrega y muerte se celebran cada año desde 1997 en la localidad.
Consuegra es un municipio de la provincia de Toledo en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, situada en la falda de un cerro en la Comarca de La Mancha, que nos brinda una interesante visita que comenzamos por La Plaza de España, antiguo foro donde se reunía y se reúne la población, donde se encuentra El Ayuntamiento del siglo XVII, y unido a este por un arco, la Torre del Reloj asi como el edificio de Los Corredores, antigua Casa Consistorial y hoy sede del Museo Arqueológico Municipal, siguiendo por el Castillo de La Muela, que algunos atribuyen al emperador romano Trajano, que contiene una doble línea de murallas, tres Torreones, una Torre Albarrana y un adarve exterior, continuando el recorrido por los Molinos de Viento, asentados sobre el Cerro Calderico, conservándose 12 de los 13 originales, las iglesias de San Juan Bautista, el Santísimo Cristo de La Vera Cruz, y la parroquia de Santa María la Mayor, asi como los conventos de Nuestra Señora de los Dolores y el de San Jose, asi como la Casa de la Tercia, El Alfar, donde encontraremos dos hornos y los restos del antiguo Circo Romano, para después de recorrer la villa seguir la ruta de los castillos, rindiendo visita a los de Mora a 41 km. Tembleque (46), Almonacid (48), Yepes (69), Ocaña (76), El toboso (76), o ya más retirados los de Maqueda (103), Oropesa (189) o Puente del Arzobispo (195), sin olvidar que la capital, Toledo, se encuentra a 68 Km. del punto de partida.