Durante el reinado de Pedo IV (El Ceremonioso) que se había convertido en rey de Aragón a la muerte de su padre Alfonso IV, tuvo su primer gran problema de política interna en el 1347 con la reactivación de la Unión Aragonesa. El motivo original del enfrentamiento surgió a raíz de la decisión del monarca, que por aquel entonces carecía de hijos varones, de hacer jurar como heredera a su hija Constanza en detrimento de los derechos monárquicos del infante Jaime, hermano del rey, que ya ejercía como Gobernador de Aragón.

Tras convocar Cortes en Zaragoza, donde revoca su decisión como consecuencia de la muerte del infante Jaime en Barcelona, probablemente envenenado por orden del propio Pedro, es su hermanastro Fernando quien desde Valencia se pone al frente de la rebelión contra el monarca, siendo a partir de este momento el enfrentamiento armado la única salida posible al conflicto

La batalla dio comienzo el día 21 de Julio de 1348 nada más llegar al Jalón las avanzadillas del ejército real al mando de Lope de Luna. La sorpresa de su llegada, la rapidez de su actuación y la falta de previsión de los caballeros de la Unión, que no esperaban que el de Luna pudiera presentar batalla en ese mismo día iban a decidir la jornada.

Cientos de caballeros bien armados, y avezados en el huso de las armas, atacaron directamente a los nobles aragoneses que se mantenían en la reserva, mientras una feroz salida de las tropas realistas que se habían mantenido a la espera dentro de la villa de Epila, rompieron la última resistencia, provocando la fuga en desbandada que causó la muerte o el apresamiento de los principales cabecillas de la Unión. Posteriormente, y tras una cruel represión que costó la vida a numerosos miembros de la nobleza, Lope de Luna fue nombrado conde como premio a su exitosa participación en la batalla.

Existe otra batalla de Epila, librada en 1808 contra las tropas Napoleónicas en el contexto de la Guerra de la Independencia Española, pero esa es otra Guerra.

Una vez en el escenario de la batalla y tras recorrer sus calles haciendo parada en el Palacio de Los Condes de Aranda, con los edificios adjuntos del Convento de Nuestra Señora de la Concepción y su Iglesia, el de Los Marqueses de Saudí, los Condes de Montenegron, la casa-palacio de Jimena Fiontin Dorado y la curiosa Casa de las Hiedras, asi como el Asilo, cuyo edificio ocupa el espacio del antiguo Convento de los Capuchinos, siguiendo por los lugares de culto como la iglesia de Santa María la Mayor, templo de grandes dimensiones con el sepulcro en su interior de López Ximenez de Urrea, Virrey de Sicilia y padre del primer Conde de Aranda, el Santuario de la Virgen de Rodanas, con su reloj de sol en su fachada, y la ermita románica de Santa María Magdalena, asi como La Casona de Mareca, lugar de retiro de los Condes de Aranda, asi como los restos de la muralla y el torreón, para una vez terminado el recorrido urbano, acercarnos al Mirador de La Cruz del Castillo, enclavado en el cabezo que predomina sobre la villa, donde existió un castillo, ya demolido, y desde donde se domina todo el valle del Jalón, para desde allí, iniciar un recorrido hasta la capital por las poblaciones de Cuarte de Huerva, a 11 Km., Utebo (13), Valdejalon (13), La Muela (14), Cadrete (16), Puebla de Alfindel (18), Pastriz (19), Rodanas (32), Osera de Ebro (35) y Zaragoza a 39 Km.