209 a.c. CARTAGENA.- (Antigua Cartago Nova en Murcia)

Fundada por Asdrúbal en el siglo III a.c., Cartagena era la principal colonia Púnica en Iberia con la misión de ser el centro de abastecimiento y lugar de partida de las expediciones militares para el control de los territorios peninsulares.
La campaña de Publio Cornelio Escipión contra la ciudad se inició con su llegada a la Península Ibérica en el otoño del 210 a.c. con el cargo de Procónsul, procediendo inmediatamente a la reorganización del ejército al tiempo que recibía informes sobre la dispersión en que se hallaban las fuerzas Cartaginesas, como el descuido en que tenían a su flota.
Cuando llegó la primavera del año 209 a.c. Escipión, partiendo probablemente desde Sagunto, emprendió la marcha hacia Cartagena al tiempo que ordenaba a Cayo Lelio, que ajustando en lo posible la navegación con la marcha del ejército de tierra emprendiera viaje para presentarse ambos al mismo tiempo ante los muros de la ciudad.
Las hostilidades las rompió Escipión al día siguiente de su llegada tras ordenar a Cayo Lelio que precediese a bloquear la ciudad por mar y marchar con 2000 de sus mejores soldados pertrechados con escalas hacia los impresionantes muros de la ciudad.
El primer punto de contacto entre las fuerzas de sitiadores y sitiados se produjo entre la guarnición que defendía la puerta de la ciudad y los soldados romanos que acudían por los istmos. Aquellos adelantándose a los romanos salieron de las murallas y atacaron a los sitiadores, que pudieron contener el ímpetu de los cartagineses, obligándoles a volver a refugiarse en el recinto fortificado.
Fue en ese momento cuando Escipión, que contemplaba la batalla desde su campamento en Cabezo de los Moros, vio que la murallas quedaban desguarnecidas en muchos puntos, por lo que dio órdenes de atacarlas, accediendo él mismo, protegido por su guardia personal al lugar del ataque. Una vez sobre las murallas, los soldados romanos avanzaron por ellas hasta la puerta y atacaron por la retaguardia a los defensores, logrando con el apoyo de los que estaban atacando desde fuera, abrir la cancela y facilitar el acceso a las tropas al interior de la ciudad.
Escipión, para debilitar por medio del terreno la posible resistencia de la población, dio orden de degüello general, manteniendo tan cruda medida hasta que Magón, que había conseguido resistir con algunos soldados aceptó la rendición, pasándose entonces al saqueo de la ciudad.
Privado así del abastecimiento económico y de una parte del potencial humano Aníbal se vio en serias dificultades para mantenerse en Italia.
Cartagena rememora cada año el ambiente de Las Guerras Púnicas con una gran fiesta por las calles de la ciudad cada 29 de septiembre, donde se rememora la batalla entre romanos y cartagineses por la toma de la ciudad, mostrándonos la herencia de cartagineses, romanos y árabes, escondida durante muchos años bajo las calles de Cartagena.