Conocidas también como Sucesos de Mayo, hacen referencia a una serie de enfrentamientos en el contexto de la Guerra Civil, ocurridos entre los días 3 y 8 de mayo de 1937 en diversas localidades de Cataluña, con epicentro en la ciudad de Barcelona.

Desde el fracaso de la rebelión militar de Barcelona en julio de 1936, el clima de desconfianza y enfrentamiento no dejaban de estar muy presente, no solo entre las instituciones republicanas y las organizaciones obreras, sino incluso entre anarquistas por un lado y los socialistas nacionalistas catalanes y comunistas, por lo que la tensión iría en aumento a lo largo del invierno, dando lugar a una serie de sucesos en cadena que calentarían el clima político, preparando el camino para lo que luego tendría lugar.

Tres serían las principales fuerzas políticas que participaron en los acontecimientos que culminaron con Los Hechos de Mayo: El Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), que tenía como objetivo prioritario ganar la guerra, Las Juventudes Libertarias, y El Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), apoyados por otros grupos de menor importancia para los que la revolución y la guerra eran inseparables, ya que su participación en la contienda no venía motivada por la defensa de La Republica si no por su propia revolución, si bien es cierto que también existen grupos proclives a un regreso a la legalidad republicana, como las mismas autoridades de Valencia o la Generalidad con el apoyo del PSUC o Esquerra Republicana de Cataluña.

El 2 de mayo de 1937, tras una llamada de Indalecio Prieto a La Generalidad desde Valencia interrumpida por el anarco-sindicalista encargado de la centralita, acción que se volvería a repetir ese mismo dia durante una conversación entre el presidente Azaña y Companys, un grupo de 200 policías enviados por la Generalidad al mando de Rodríguez Salas se personaba en el departamento de censura con la intención de tomar el edificio, siendo interceptados por trabajadores anarquistas que abrieron fuego contra la fuerza pública, lo que acarrearía la inmediata presencia en el lugar de un destacamento de La Guardia Nacional Republicana, que con la colaboración de Dionisio Eroles, jefe de la comisaria anarquista, convenció a los atacantes de entregar sus armas, no sin antes haber disparado a través de las ventanas la munición sobrante, siendo a partir de esta escaramuza cuando se inician combates en diferentes puntos de la ciudad, construyéndose cientos de barricadas mientras las unidades de policía ocupaban las azoteas y las torres de las iglesias, con lo que al anochecer del dia 3 Barcelona era una ciudad en guerra.

El 4 de mayo la ciudad despierta sumida en el más expectante silencio solo interrumpido por el fuego de fusiles y ametralladoras, con los comercios y edificios protegidos por barricadas mientras grupos armados de anarquistas atacaban los cuarteles de La Guardia de Asalto y edificios gubernamentales, temiéndose por el inicio de “otra guerra civil” dentro de La Guerra Civil, en vista de lo cual, y mientras los ministros iban llegando a Barcelona, delegados de la Confederación del Trabajo (CNT) hacen todo lo posible para recuperar la tranquilidad.
A pesar de los mensajes difundidos a través de las emisoras de radio por Federica Montseny y la formación de un nuevo gobierno, los tiroteos incontrolados seguían barriendo las calles de la ciudad barcelonesa, causando la muerte a quienes se aventuraban a salir de los refugios, acentuándose aún más el clima de alarma con la llegada al puerto de la ciudad de destructores británicos, que si bien estaban destinados a la posible evacuación de súbditos extranjeros, se temió que vinieran en misión de bombardeo, mientras una fuerza de aproximadamente 5000 hombres, la mayoría de ellos pertenecientes a La Guardia de Asalto, partía desde Madrid y Valencia hacia la capital catalana con el apoyo de dos destructores republicanos escoltados por el acorazado Jaime I, ambos cargados de armas y munición, consiguiéndose que tras la difusión de la noticia por la ciudad, la mayor parte de los trabajadores en huelga abandonaran la resistencia.

A las 8:20 de la mañana del dia 17 de mayo, llegaba a Barcelona la expedición de guardias de asalto bajo del mando del teniente coronel Emilio Torres, ocupando distintos puntos neurálgicos de la ciudad, no sin antes superar puentes, carreteras y ferrocarriles volados por los anarquistas locales, y procediendo al desarme y detención de numerosos miembros de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), Federación Anarquista Ibérica (FAI), Federación Ibérica de Juventudes Libertarias (FIJL) y Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), todos ellos participantes en los disturbios.

Finalmente, el 8 de mayo las calles volverían a la normalidad, y si bien las profundas consecuencias de Las Jornadas de Mayo habían abierto un foso insalvable entre los ministros anarquistas, obsesionados en la tarea de ganar la guerra, y los militantes de base empeñados en hacer triunfar, por encima de todo, La Revolución.

Fundada por los romanos en el siglo I a.C con el nombre de Barcino, Barcelona es la capital de La Comunidad Autónoma de Cataluña ubicada en una llanura limitada en su costados por el Mediterráneo y la sierra de Collserola, asi como los deltas del Besos y Llobregat, siendo la Sede del Gobierno Autónomo y del Parlamento, asi como de La Diputación Provincial, del Arzobispado y de la IV Region Militar.

Empezamos la visita por La Sagrada Familia, obra inacabada de Gaudí siendo conveniente la reserva anticipada, y en su proximidad, El Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, una las joyas del Modernismo Catalán, para poner rumbo al Parque Güell (entradas anticipadas), bajar hasta el Barrio de Gracia y pasear por sus estrechas calles llenas de tiendas locales y cafés o restaurantes como El Intrépida de Gracia donde disfrutar de una excelente cocina, para por la tarde llegar andando hasta el Paseo de Gracia con otras dos obras maestras de Gaudí como La Pedrera y La Casa Batllo, además de las tiendas de marcas internacionales y de edificios increíbles como los palacios Malagrida y Robert, y las casas Amatller, Mulleras, Lleo i Morer, o Buenaventura Ferrer, terminando el paseo en la Plaza de Cataluña, la más famosa de la ciudad, desde donde accederemos al Barrio Gótico con sus calles estrechas llenas de edificios y palacios de ese estilo, asi como La Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia, el Templo de Augusto, El Carrera de Bisba, la plaza San Felipe Neri, la del Rey, de Los Cuatro Gatos, de San Jaime y La Plaza Real, continuando la ruta con un largo paseo por Las Ramblas hasta el monumento a Colon, entrando en el fabuloso Mercado de La Boqueria y admirar después el Mural de Joan Miro, sin olvidar, por supuesto, la imprescindible visita a la montaña de Monjuich, en cuya cima se encuentra El Anillo Olímpico, y el famoso Castillo, para bajar andando hasta los Jardines del Mirador, donde puedes tomar el Teleférico que te devolverá a la parte baja de la ciudad, para finalizar con un relajante paseo por El Parque de la Ciudadela o el precioso Parque del Laberinto de Horta.
Una vez terminado el recorrido, en el que por supuesto se quedan muchas cosas en el tintero, y dependiendo del tiempo a disponer, propongo la elaboración de tu propia ruta a partir de las bellas localidades de Santa Coloma de Cervello a 20 Km., Casteldefels (24), Abrera (39), Sitges (41), Caldes de Montbui (44), Monistrol (51), Mura (56), Vic (70), Cardona (95), Tavertet (103) o Rupit, a 106 Km. de distancia.