El golpe militar del 18 de julio de 1936 había resultado exitoso en la región aragonesa, pues a pesar de que las fuerzas leales al Gobierno controlaban cerca de la mitad del territorio, los sublevados habían conseguido dominar las tres capitales provinciales con poca resistencia, ganando asi posiciones estratégicas que serían muy útiles a lo largo de la guerra.
A comienzos de la primavera de 1937, fue finalmente posible implantar de manera uniforme la militarización de los contingente anarquistas, que si bien perdieron su carácter de agrupaciones espontaneas de voluntarios, se convirtieron en unidades dotadas de una disciplina y entrenamiento militar suficiente, permitiendo a Indalecio Prieto, Ministro de Defensa, a dar su aprobación al lanzamiento de ofensivas que aliviaran la presión bélica que sufrían las tropas republicanas en el norte, encargando la misión al general Pozas y en un ambiente poco propicio debido a la falta de coherencia y coordinación entre las cuatro columnas en que se dividió el ejercito de Pozas, se inicia la campaña sobre Huesca el 2 de junio de 1937 con un limitado bombardeo artillero en una clara maniobra de aproximación directa, simultaneada con otra sobre el pueblo de Chimillas que fueron rechazadas por el nutrido fuego de ametralladora de las tropas franquistas, en inferioridad numérica pero muy bien posicionadas, para finalmente en la madrugada del dia 16, lanzar un nuevo asalto sobre las poblaciones de Alegre y Chimillas, a las que seguirían dos días de disparos aislados e intentonas fracasadas hasta que el 19 de junio, el mismo dia en que las Brigadas Navarras franquistas ocupaban Bilbao, se ordenaba detener la ofensiva contra Huesca, dejando el campo de batalla sembrado de muertos y heridos que se pudrían al sol, mientras las tropas se replegaban el dia 20 a sus posiciones iniciales, habiendo sufrido en las dos semanas que duro la campaña cerca de 1000 bajas, la mayoría pertenecientes a las recientemente organizadas milicias anarquistas.
Ilerda para los pueblos iberos, Osca para los romanos, Wasqa durante la dominación musulmana y Uesca para los aragoneses, Huesca es una ciudad capital de la provincia del mismo nombre, perteneciente a la Comunidad Autónoma de Aragón, asentada sobre un amplio cerro ovalado en el noroeste de la Península Ibérica, siendo sede de La Diputación Provincial, de la Diócesis de Huesca y capital de la provincia de La Hoya en el límite de las sierras exteriores del Pirineo.
El patrimonio monumental de la capital se concentra principalmente en el Casco Viejo y la zonas colindantes como La Muralla, construida por los musulmanes en el siglo IX y que rodeaba la ciudad con sus 7 puertas y 100 torres de la que solo queda en pie una pequeña parte, siguiendo por las muestras de arquitectura civil como La Casa Consistorial del siglo XVI frente a la catedral, los palacios de Villahermosa, de Los Climent, Los Oña, Los Claver, Los Aisa y el de Congresos, la Fuente de Las Musas, El Circulo Oscense o El Puente de San Miguel, continuando el recorrido por los monumentos religiosos de la catedral gótica de Santa María, edificada sobre la antigua mezquita durante los siglos XIII al XVI y sede del Museo Diocesano de la ciudad, las iglesias de Santa María in Foris, de San Lorenzo, Santo Domingo y San Martin, el monasterio románico de San Pedro El Viejo, para pasear después de comer por los parques y jardines de Miguel Servet, Mártires de la Libertad, de La Universidad, del Encuentro y del Isuela, mientras ya al dia siguiente, fuera de la población, además de visitar los Santuarios de Nuestra Señora de Salas y el de Loreto, a 1 y 3 Km. respectivamente, hacer una ruta según tu criterio por las poblaciones de Agüero, a 46 Km., Alquezar (48), Sabiñanigo (59), Montañana (Zaragoza) a 70, Jaca (75), Graus (82), Torla (95), Fraga (103), Ainsa (107) o Roda de Isabena a 109.