Tras las capturas de la ciudades de Almeida (Portugal) y Ciudad Rodrigo en sitios anteriores, la fuerza anglo-portuguesa al mando de sir Arthur Welesley se dirigió a Badajoz con el fin de capturar la ciudad para así asegurar la línea de comunicación con Lisboa, y tras unos primeros escarceos preliminares, con tres grandes brechas abiertas en la muralla y el mariscal Soult en marcha para socorrer a la ciudad, el 6 de Abril, Wellington ordeno a sus regimientos asaltar la plaza.
Los primeros hombres en penetrar por la brecha fueron los llamados Fortín Hope, cuerpo de voluntarios con aspiraciones de promoción y que llevaban a cabo misiones suicidas o de elevadísimo riesgo, que llegaron en oleadas a la base de la muralla encarando una asesina descarga de artillería de mosquetes y granadas, amén de piedras, barriles de pólvora e incluso paquetes de heno ardiendo, sembrando el camino de muertos y heridos que llegaron a entorpecer los movimientos de las mismas tropas de asalto. Ante tamaña carnicería, cuando ya Wellesley estaba a punto de parar esta operación se recibió la noticia de que los asaltantes habían forzado la resistencia penetrando la brecha de la muralla y provocando la salida del genera Philipot hacia el fuerte de San Cristóbal donde finalmente depuso las armas en la mañana del dia siguiente.
Cuando clareo la mañana del día 7 de abril se revelo el horror de la matanza que rodeaba toda la muralla, con montones de cuerpos apilados mientras la sangre todavía discurría como ríos entre zanjas y trincheras, provocando el amargo llanto de Wellesley que maldijo al Parlamento Británico por concederle tan pocos recursos.
El saqueo de Badajoz por parte de las tropas británicas durante los días posteriores a la batalla, que propiciaría multitud de violaciones y asesinatos indiscriminados entre la población civil, se encuentra entre los más terribles y sangrientos acontecimientos de la Guerra de la Independencia Española.
Badajoz es una ciudad capital de la provincia homónima perteneciente a la Comunidad Autónoma de Extremadura fundada en el 875 por Ibn Marwan sobre un asentamiento ocupado desde las épocas más remotas de la Prehistoria.
Comenzamos el recorrido por la Plaza de España, núcleo principal de la población, donde se encuentran La Catedral de San Juan Bautista y El Palacio Municipal, ayuntamiento de la ciudad, para proseguir por la Plaza de La Soledad donde está enclavada la Ermita del mismo nombre, prosiguiendo por el monumento al pintor Luis Morales, las Casas de Buizo, de Cristóbal Oudrid y del Cordón, asi como El Casino o El Palacio de la Diputación, anteriormente Convento de Santa Catalina, siguiendo el recorrido por las Plazas de Cervantes y San Andrés, donde está ubicada la Casa Puebla, y la plaza de San Jose, que da paso a La Plaza Alta con el Mirador de la Ciudad, La Alcazaba, una de las más grandes del mundo y La Muralla Abaluartada, para recalar después en los conventos de las Carmelitas, las Descalzas y San Jose de los Pajaritos, las iglesias de La Concepción, San Agustín, San Andrés, Santo Domingo o el Monasterio de Santa Ana, asi como una gran cantidad de museos y estatuario público.
Para desintoxicarse de tanto monumento resulta recomendable un tranquilo paseo por los parques y jardines de la ciudad, como los de La Galera y La Trinidad, o los parques de Castelar, de La Legión, de Los Sitios de Badajoz, San Francisco, La Viña o los fluviales de Rivillas y Calamón, y sobre todos ellos el Parque de San Francisco, considerado el principal de la ciudad por su historia, su ubicación en el centro de la ciudad (junto a la iglesia de S. Juan Bautista) y por el uso que del hace la ciudanía pacense.
Fuera ya del núcleo urbano, merece la pena la visita a las poblaciones de Olivenza a 28 Km., Alburquerque (45), Mérida (61), Jerez de los Caballeros (75), Zafra (76), Burguillos del Cerro (83), Fregenal de la Sierra (97), Medellín (102), o Llerena a 117 Km de la capital.