Por segunda vez, siete siglos después (1086), con el ejército británico intentando ganar las costas gallegas para su reembarque y abandono momentáneo de la península y con un disperso ejército regular, la situación para las armas españolas no era en ese momento de lo más prometedora, pese a existir una parte del Ejercito del Centro todavía intacta, que al mando del duque del Infantado se movía por Cuenca con unos 20000 hombres dispuestos para el combate.
En esta situación, aprovechando que buena parte de las tropas francesas se encontraban al otro lado del Sistema Central dando caza al ejército británico, el duque del Infantado recibió la incomprensible orden por parte del Gobierno de tomar Madrid, donde el rey José Bonaparte se encontraba con 9000 hombres, para a continuación ayudar a levantar el sitio de Zaragoza, ambas empresas irrealizables dado el penoso estado del ejercito bajo su mando.
Un primer ataque contra las tropas francesas desplegadas a lo largo de los márgenes del Tajo iba a estar a cargo de la retaguardia del general Venegas, que debía combinarse con un ataque sobre Aranjuez encargado a la brigada de Antonio Senra, produciéndose el choque en medio de un tremendo aguacero de nieve en la localidad de Tarancón el 25 de diciembre, haciendo retroceder a los franceses hasta Ocaña, lo que provoco que el mariscal Víctor, establecido en Aranjuez, al mando del Ejercito de Extremadura encarase al duque del Infantado abortando cualquier intento español de tomar Madrid.
El movimiento de Víctor obligo al general Villegas a abandonar Tarancón y replegarse sobre Uclés, donde junto con las tropas del brigadier Senra desplego a sus hombres a lo largo de la sierra que recorre la localidad de norte a sur disponiéndose para la batalla, que dio comienzo el día trece de enero, produciéndose el primer enfrentamiento en el vecino pueblo de Tribaldos, que a duras penas pudo ser contenido por la brigada de Ramírez de Arellano, mientras los franceses acometían el ala izquierda española dispuesta en el Cerro del Molino, que se vio arrollada por la caballería de Villalte, sin que el auxilio de Senra fuera de gran ayuda.
Mientras tanto, los cuerpos del centro y la vanguardia, situados frente al camino de Huelves, eran también arrollados, forzando la huida del propio Venegas en dirección a Rozalen del Monte, a unos cinco kilómetros del frente. Nada mejor le fue al ala derecha del ejército español situado a lo largo de la sierra del Paxo y cuyo mando recaía en el brigadier Pedro Agustín Girón, que cedió igualmente ante el empuje francés, complicando todavía más la situación la llegada de la división de Ruffin que comprometía la retirada de sus tropas y las de Venegas hacia Rozalen, cubierta por el Batallón de Tiradores de España mandado por Francisco Copons y Navia.
Tras la caída de Uclés, las tropas francesas se emplearon a conciencia en un salvaje saqueo, cometiendo todo tipo de tropelías sobre la población local asaltando casas y monasterios, mientras las monjas eran cargadas en angarillas y albardas, los hombres degollados y unas 300 mujeres violadas primero y luego quemadas vivas en la iglesia del pueblo.
Como se ha apuntado al principio, en el año 1108 ya había tenido lugar otro enfrentamiento en esta ciudad entre las tropas cristianas de Alfonso VI de León y los almorávides de Ali ibn Yusuf, saldada con una sonada derrota del leonés.
Uclés es un municipio de la Comunidad de Castilla-La mancha ubicado en el noroeste de la provincia de Cuenca, donde después de asomarnos a la llanura entre Tribaldos y Uclés, lugar donde discurrió la batalla, podemos iniciar la visita a la pequeña ciudad cuya vida gira en torno a La Plaza Mayor, empezando por La Puerta de la Muralla y el Castillo de Uclés, antigua fortaleza de la Orden de Santiago construida por al-Fath ben Musa ben Zennun a finales del siglo IX, de la que solo quedan en pie sus tres torres, la del Pontido, conectada por un puentecillo a la del Palomar, que a su vez, a través de un puente levadizo que salva un foso excavado en la roca la unía a la de Albarrana, para proseguir por el famoso Monasterio de Uclés, construcción iniciada por Carlos I en 1529 y que termino Felipe V en 1735, asi como el Convento Prioral de Santiago, para terminar en la Puerta de La Fuente, tras lo cual, resulta interesante efectuar una parada en El Mirador, lugar situado a muy corta distancia de la población, desde donde poder contemplar una extraordinaria vista de la población y sus monumentos, para después acercarse a las poblaciones de Tribaldos a 4Km., Almendros (9), Huelves (9), Saelices (10), Paredes (12), Parque Arqueológico de Segobriga (13), Tarancón (17), Puebla de Almenara (27), Huete (29), Buendía (59), y Cuenca, la capital, imprescindible de visitar a 72 Km. del punto de partida.