Enmarcada en el contexto de la Guerra de los Cien Años y dentro de la estrategia de conquista del monarca francés Carlos V sobre las plazas fuertes inglesas, este pidió la ayuda naval de Enrique II de Castilla, que envió una flota al mando del almirante genovés Ambrosio Boca Negra.

La escuadra de Eduardo III de Inglaterra al mando de Juan de Hasting, que había llegado primero a La Rochela, fue avistada en día 21 por los castellanos, y tras una escaramuza sin importancia se retiró a una orden de su almirante posponiendo el ataque para el día siguiente.

Llegado el día, Boca Negra, conocedor de las condiciones naturales del lugar, cuando en la bajamar las naves inglesas quedaron varadas, los castellanos lanzaron sobre las naves enemigas fuegos de bombarda que produjeron entre sus marineros una gran mortandad, resultando total la derrota. Todas las naves fueron hundidas, quemadas o apresadas por el enemigo, y los hombres que no murieron en el combate fueron hechos prisioneros y algunos canjeados después por importantes sumas de dinero.

Por lo que respecta a la Corona de Castilla, la rotunda victoria consolidó su estatus de primera potencia mundial en el Atlántico, otorgando a sus navíos unas mayores posibilidades mercantiles.

Situados en la bella ciudad francesa podemos comenzar por un paseo por su Centro Histórico, visitando La Puerta del Reloj y los bellos palacetes de estilo renacentista, para después recorrer las innumerables torres que jalonan la población, sin olvidar el Puerto Viejo, donde están enclavadas las de San Nicolás, Las Cadenas y la de La Linterna, desde donde se ofrecen una magnificas panorámicas.

En sus alrededores, se pueden realizar excursiones a las islas de Oleron y Aix, asi como a la Isla de Re o al Faro de Las Ballenas.